La carrera funciona en diferentes fases. La primera es la gestión de patrocinadores: en esta etapa, los corredores deberán llenar una hoja con su listado personal de patrocinadores, quienes determinan un valor que será dado al patrocinado por cada vuelta que este complete en la carrera. La siguiente es la carrera: allí, nuestros deportistas correrán alrededor del circuito por un tiempo de 45 minutos, con el ánimo de lograr el mayor número de vueltas posibles y así aumentar la cantidad de dinero recolectado. Por último, está la recolección: Luego de haber terminado el circuito, llegará el momento de que los deportistas cobren a sus mecenas, a través de la hoja de patrocinadores y el número de vueltas completadas avalado por los jueces del evento.

A pesar de una tarde lluviosa, inherente a la época actual del año, la jornada fue todo un éxito. Alrededor de las 4:30 de la tarde comenzó la carrera, con una asistencia de más de 30 deportistas, una barra de papás determinada a apoyar a todos los corredores y las esperanzas de los jugadores puestas en dar lo mejor de sí. Los ánimos se sintieron desde el principio, desde los espectadores, que no pararon de gritar y animar, hasta los participantes, quienes, en su mayoría, no pararon de trotar a pesar del cansancio y del desgaste físico que implica el tiempo del circuito.

Mientras mermaba la lluvia y se pasaba la marca de los 25 minutos de la Mathatlon, en el cielo se formaba un arcoíris, un símbolo de esperanza universalmente bello que animó en ese momento a todos los presentes, no sólo porque representaba el fin de la lluvia, sino también por el respiro que otorgó a los deportistas, quienes miraron al cielo reconfortados.

El evento no estuvo corto de momentos inolvidables, en la recta final, faltando 15 minutos para que la carrera se acabara, los padres y acompañantes de los corredores se unieron a la carrera en señal de apoyo por sus seres queridos. En este ocaso de la carrera, se vieron imágenes conmovedoras de padres e hijos corriendo juntos, lo cual realzó este sentimiento de familia que siempre está presente en el club y que lo caracteriza.

La Mathatlon terminó entre abrazos, momentos emotivos, agradecimientos y celebraciones, en una jornada donde, todos, sin lugar a duda, fueron ganadores. Como es costumbre en Promesas, los momentos divertidos no faltaron y, entre risas y aplausos, se anunció lo recolectado por los deportistas, que no dudaron en expresar sus ocurrencias cuando les preguntaron de qué manera iban a utilizar el dinero recogido.

La 22^a Mathathlon recogió un total de más de 40 millones, en una tarde donde el apoyo incondicional, la determinación y la alegría estuvieron presente en todas las instancias y todos los participantes. El club se enorgullece inmensamente de todos los asistentes al evento y se compromete a seguir facilitando espacios como estos, que nos nutren como personas y nos demuestran la importancia de los valores promovidos por el club. 

¡Gracias Infinitas!