En el Torneo Nacional TYE Sub 13, el Club Promesas de Antioquia ha demostrado que hay muchas maneras de ganar. Nuestro enfoque va más allá del marcador, centrado en el aprendizaje y el crecimiento constante, lo que verdaderamente define nuestro éxito. Ganar con niños es una ilusión, y siempre hemos sido conscientes de ello. Un día podemos jugar muy bien y obtener un resultado favorable, y al día siguiente, a pesar de jugar igualmente bien, el marcador puede no estar a nuestro favor. Esta es la realidad que hemos experimentado en este torneo.
Actualmente, ocupamos el quinto lugar a nivel nacional, un logro significativo que refleja nuestro compromiso con una manera distinta y contemporánea de jugar baloncesto. Nos inspiramos en el baloncesto conceptual europeo y en el estilo de leer y reaccionar de Estados Unidos, adaptándolo a nuestra realidad local. Esta mezcla ha resonado profundamente no solo en nuestros jugadores, sino también en la comunidad del baloncesto nacional.
Es emocionante ver cómo otros equipos han empezado a apoyar nuestra barra, reconociendo y admirando nuestra filosofía de juego. La filosofía We/Me, impregnada en cada una de nuestras jugadas, resalta la importancia de todos los jugadores, promueve el altruismo y el juego en equipo. Cada niño en nuestro club se ha empoderado, comprendiendo que el éxito del grupo es su propio éxito, y que el crecimiento individual contribuye al crecimiento colectivo.
Nos vamos de este torneo convencidos de que nuestro camino es el correcto. Sabemos que el proceso formativo es continuo y que debemos seguir trabajando arduamente. No confundimos el éxito con el crecimiento, ni los logros con la plenitud. Nuestro objetivo no es solo ganar partidos, sino incluir y desarrollar a todos nuestros jugadores, porque cada uno de ellos es importante en nuestro camino hacia cambiar el mundo.
Hoy reafirmamos que hay muchas maneras de ganar, pero particularmente, nos gusta la nuestra. Con inclusión, desarrollo y una visión que trasciende los resultados inmediatos, continuaremos trabajando para seguir creciendo y dejando una huella en cada cancha que pisemos.