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DURANTE: SE LEVANTA EL TELÓN

Continuamos compartiendo este texto del psicólogo deportivo José Maria Buceta, en el cual nos habla de la competencia. Esperamos lo vayan relacionando con nuestra realidad y nos comprometamos de verdad con el cambio.

Durante: Se levanta el telón

Cada competición deportiva tiene sus características. Unas tienen un tiempo fijo de duración; otras finalizan cunado termina un ejercicio, se alcanza un marcador, se corre una distancia o se derriba al adversario (o viceversa) de una determinada manera…Lógicamente, para poder seguir a sus hijos, los padres deben conocer como funciona la competición: el reglamento de ese deporte en general y la normativa específica de cada competición en particular. Cuanto mas sepan, mejor. Muchos padres se desesperan, enfadan y protestan por que no conocen el reglamento: por ejemplo, se enojan con el arbitro porque, por ignorancia, consideran injusta una decisión que en realidad es correcta.

Asimismo, es interesante que los padres conozcan otros aspectos. Uno de ellos, la relación existente entre los periodos de participación activa y las pausas. Los primeros corresponden a los momentos de la competición en los que el deportista esta activamente implicado. Por ejemplo, en el baloncesto mientras, la bola esta en juego. Por su parte, las pausas son los momentos en los que la competición esta detenida o el deportista no participa. Pueden ser muy breves, como en el futbol cuando la pelota sale fuera y hasta que se saca el córner; o mas prolongadas, como el tiempo muerto en el baloncesto. La mas extensa es el descanso del partido; en algunos deportes no hay pausas.

En muchas especialidades, los periodos de participación activa y las pausas se van alternando de manera irregular; en algunos casos, no de la misma manera para todos los chicos como ocurre en baloncesto y otros deportes, en los que se pueden hacer sustituciones continuamente. En estos, además de las pausas para todos (por ejemplo, el descanso del partido), cada jugador tiene sus propias pausas cuando esta en el banco. También sucede en el campo: el jugador que lanza el tiro libre tiene una participación activa, mientras que los demás gozan de una pequeña pausa hasta que vuelven a entrar en acción.

Un aspecto fundamental en el durante de la competición es el “aquí y ahora”. Para rendir es clave que el deportista centre su atención en lo que tiene que hacer en cada momento, sin mirar atrás. Si la duración y las condiciones de la competición lo permiten, podrán aprender de lo que vaya ocurriendo, pero siempre de manera constructiva, sin lamentarse por lo sucedido o no sucedido. En algunos deportes, también será interesante que considere lo que esta por venir (por ejemplo: en una carrera con un recorrido más difícil en los últimos kilómetros), pero siempre para regular su funcionamiento presente. Lo que importa es el presente, ya sea en los periodos de participación activa o de pausa. En el caso de los deportistas jóvenes, los entrenadores y los padres pueden facilitar con su comportamiento que los chicos centren su atención en el “aquí y ahora”, de forma que el proceso de la competición resulte mas provechoso.

Periodos de participación activa

Durante los periodos de participación activa, la atención de los deportistas tiene que estar concentrada en lo que tienen que hacer: si se distraen, no leerán bien, no anticiparan, reaccionaran tarde, se precipitaran…. Y, en definitiva, su rendimiento empeorara. Por eso es bastante importante evitar las distracciones durante estos periodos. Algunas pueden producirse cuando se les habla a los chicos desde fuera. Al estar metidos en la batalla de la competición, nerviosos y cansados, la capacidad atencional de los muchachos es limitada; si encima se les obliga a repartir la atención entre lo que tienen que hacer y las instrucciones/comentarios que reciben, puede pasar que ignoren lo que se les dice, lo entiendan/interpreten mal o pierdan parte de la concentración en sus tareas. Mas aun: escuchar instrucciones sin poder atenderlas o comprenderlas bien, puede provocar una incomoda sobrecarga mental que les hará ponerse mas nerviosos, algo que los entrenadores y los padres deben tener muy en cuenta.

En general durante los periodos de participación activa, lo mas apropiado es permitir que los chicos compitan sin que se les diga nada. Asi pueden concentrarse mejor y aprenden a autorregular sus acciones. No es bueno que el entrenador, y menos los padres, les estén indicando continuamente lo que tienen que hacer, como si fueran robots. Son los muchachos quienes deben tomar las decisiones y actuar, y para eso necesitan tranquilidad; sobre todo, cuando están inmersos en acciones que requieren una visión amplia y mucha precisión. Por ejemplo: un basquetbolista que conduce o dribla el balón. Necesita tranquilidad para no perderlo y, al mismo tiempo, considerar todas las opciones que tiene (pasar a un compañero y cortar, poner una pantalla o jugar al poste, penetrar por el espacio vacío y atacar la canasta, entre otras más), decidir la mas adecuada y ejecutarla con la precisión requerida. No es un buen momento para estar escuchando gritos que le guíen: ¡Pasa! ¡Cuidado! ¡Mira! ¡Tira! Si no de jugar tranquilo.

Cuando se trata de acciones de esfuerzo, animar puede ser apropiado. Por ejemplo: una chica está corriendo un cross,y al pasar por la zona en la que están sus padres, estos le dan gritos de ánimo. ¡Vamos! ¡Sigue! ¡Muy bien! En deportes como el baloncesto, en los que se alternan las tareas de mayor precisión (mas en el ataque) con las de mayor esfuerzo (mas en la defensa), resulta muy apropiado no decir nada en las primeras y animar en las segundas. Los chicos están atacando: se les deja tranquilos para que tomen las mejores decisiones y ejecuten con la mayor precisión. Están defendiendo: se les anima para que aumenten su esfuerzo y que este no decaiga. Además, en estas categorías es muy recomendable que el entrenador sea generoso elogiando las buenas acciones de los deportistas con independencia de su resultado final. Si toman una decisión correcta, aunque la ejecuten mal: ¡Muy bien esa decisión! Si hacen un buen esfuerzo: ¡Muy bien! Elogiar lo que se hace bien contribuye a que los chicos lo repitan y fortalezcan su autoconfianza. Asimismo, propicia un clima positivo que favorece que estén a gusto, rindan mejor y salgan más satisfechos.

Los padres también pueden elogiar desde la tribuna siempre que sepan que es lo que pretende el entrenador. Obviamente, no es bueno que elogien acciones que el entrenador quiera erradicar. A veces, pasa; y el perjudicado es el chico, que se confunde y no sabe a a que atenerse. Una vez más, vemos la importancia de una buena comunicación entre el entrenador y los padres. Si estos conocen lo que el entrenador pretende, podrán contribuir a reforzarlo. Al contrario, en la ignorancia, es probable que propicien la confusión de los chicos alentando acciones que contradigan los objetivos que el técnico persigue. Todo esto tiene relevancia en los deportes en los que es posible intervenir; en otros como el tenis durante la participación activa no esta permitido hablar. En estos casos, los padres deben aprender a estar en silencio y cuidar su lenguaje no verbal (sus gestos), ya que este también puede distraer y alterar el funcionamiento de los muchachos.

Periodos de pausa

Los periodos de pausa no son para estar ausentes. Los mas cortos son una rápida transición hacia la siguiente participación activa, por lo que exigen estar inmersos en tareas concretas propias de esa pausa. El juego esta parado; pero el jugador, no. Por ejemplo: El balo sale de la línea lateral y los jugadores deben actuar con rapidez para situarse y estar listos cuando se haga el saque. No es el momento de lamentarse por el error recién cometido o de bajar la guardia, si no de centrarse rápidamente en la siguiente acción. Aquí sobre todo con niños que están empezando, puede ser apropiado que el entrenador utilice, a modo de recordatorio, alguna palabra clave (¡Marcajes!) o frase corta (¡Cada uno con el suyo!) para que los chicos no se despisten y se centren en lo que justo a continuación tiene que hacer. No es una buena situación para que los padres animen y se confundan sus voces con las del entrenador.

Las pausas mas prolongadas permiten recuperarse del esfuerzo y, en algunos casos, reflexionar constructivamente sobre lo que se esta haciendo; aunque no son recomendables los análisis profundos, si no algo breve y leve, lo mas prioritario y siempre que sea muy útil para las siguientes participaciones activas. No se trata de recriminar a los chicos por lo que hayan hecho mal, si no de aprender de lo sucedido para centrarlos en lo que tienen que hacer durante el resto de la competición. Cualquier pausa, corta o larga, debería servir para mejorar en el siguiente periodo de participación activa. Se trata de hacer lo posible para que así suceda.

(Fragmento del libro “Mi hijo es el mejor, y además es mi hijo”, dirigido a padres de deportistas jóvenes y recomendado a entrenadores, directivos, psicólogos y quienes tienen responsabilidades en el deporte de base y escrito por el Psicólogo Juan Maria Buceta)

Pedro Vásquez

Director Deportivo

Club Promesas de Antioquia.

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